miércoles, 13 de junio de 2012

Sobre Fenómenos Paranormales, Ciencia y la existencia de Dios

Escuchando la radio, aparece una noticia sobre un niño que se ha sometido a una operación a vida o muerte y en ella, llegó a estar en un estado muy crítico. Cuando despertó, éste contó cosas que había visto, algo así como que había estado en el cielo y conoció a su hermana. De esa hermana nunca antes supo nada, pero existió, su madre abortó antes de que él naciera, pero nunca le habían dicho nada al muchacho. También comenta que conoce otras cosas que antes no conocía.


El libro “El retorno de los brujos” de Louis Pauwels y Jacques Bergier te introduce de manera apasionante en el mundo de los fenómenos paranormales, hechos reales que hacen que no salgas del asombro, casos increíbles de mentes sobrenaturales, basten como ejemplos ilustrativos estos tres que podemos encontrar en el siguiente enlace:


Al terminar de dar la noticia, los contertulios comenzaron a hablar de casos de este tipo, de creencias en otras dimensiones, y no lo hacían en tono jocoso, lo hacían de manera respetuosa y seria. Nada de casas encantadas, nada de espíritus que se aparecen con ánimo de fastidiar, sino de casos que ocurren (del estilo de los tres del enlace) y no le encontramos explicación alguna.

Salió también a relucir el concepto de dimensión paralela, es decir, la hipótesis de que convivimos en distintos planos del espacio-tiempo, pero sin tratar el paralelismo como un ente matemático en todos los casos, ya que puede que en algunas ocasiones, esas distintas dimensiones coincidan en espacio, tiempo o ambos.

A todos nos ha ocurrido alguna vez un hecho que se resume en la frase que pronunciamos en ese momento de incredulidad: ¡esto me ha pasado antes! Sucesos que ocurren y que creemos haberlos vivido en el pasado, una segunda vez. No hablo de situaciones parecidas, que al ocurrir sabemos perfectamente que ambas han sido reales y tienen un parecido asombroso, me refiero a la misma situación en dos momentos distintos.

A mí particularmente me ha ocurrido en varias ocasiones,  pero creo que se debe a que en nuestros sueños se ha producido alguna situación aproximada o que en nuestro subconsciente tenemos muchas situaciones similares o muchos detalles en común con esta nueva situación que son asociados a ella por nuestra mente y llega a parecernos que ya ha ocurrido.

Con esta suposición me aventuro a dar mi humilde opinión de estos sucesos, sin ser psicólogo, ni científico experto en el tema, ni neurólogo, ni filósofo… aunque mi sentido común siempre me hace pensar en una explicación científica o con base racional.

Todo ello es, a día de hoy, inexplicable para el ser humano. Pero, igual que en la medicina, no conocer explicación o cura a determinada enfermedad, no implica que no la tenga. Como bien dijo el gran matemático francés Henry Poincaré sobre las leyes de lo que consideramos causas del destino: “el azar es la medida de nuestra ignorancia”.

Un trueno en una tormenta, precedido de un relámpago, para algún prehistórico hombre de Cromagnon, pudiera ser una señal divina o un presagio de algún acontecimiento. Hoy día se comprende como un fenómeno meteorológico causado por el calentamiento instantáneo que produce el rayo en el aire, como un crepitar a gran escala.

Hace más de siglo y medio la teoría del creacionismo era tomada como legítima hasta que se desarrolló la teoría del evolucionismo, con Jean Baptiste Lamarck, Gregor Mendel y sobre todo Charles Darwin. Teorías que evolucionan aún hoy día, que datan el origen de la vida hace unos 4000 millones de años, frente a los poco más de 4000 años que deja entrever La Biblia como fecha de La Creación de La Tierra. Los restos fósiles son otra muestra de que hay seres extintos y evolución de las  especies.



Y muchísimos más ejemplos que se podrían comentar de cómo hechos que en otras épocas eran indiscutibles, hoy día son mitos o leyendas.

Todo suceso lógico para nosotros ha podido ser paranormal en algún momento pasado, por eso cabe pensar que los fenómenos que no conocemos hoy, puede que mañana sean descifrados, la Ciencia ya ha desmontado muchos mitos a lo largo de la Historia.



Aunque hay algo de metafísico en todos estos asuntos… nada de lo que el hombre ha estudiado en relación al medio que lo rodea se sabe a ciencia cierta, todo es experimental, funciona, nos sirve y lo creemos. La matemática es el único descubrimiento (no puedo considerarlo invento porque no surgió de la nada, sino de la interacción del hombre con su entorno y de la necesidad de progresar) del ser humano que es exacto, pero vive en el mundo de las ideas, no existen en el mundo físico los objetos matemáticos, simplemente lo modelan. Y además, la matemática precisa de unos axiomas que se toman como válidos, como verdades supremas exentas de demostración, lo cual, si se refutara alguna de ellas desmotaría la base en que se construyeron sus cimientos, seguiría siendo una ciencia exacta, pero en otro mundo distinto al que habita, como ocurriese con el V Postulado, axioma controvertido propuesto por Euclides que, 2000 años después, pudo ser negado de forma razonable a través de Nikolai Lobachevsky y Bernhard Riemann dando lugar a geometrías alternativas, la hiperbólica y la elíptica. Por cierto, un hecho de estas geometrías es que en ellas la distancia entre dos entes paralelos no tiene porqué ser constante, incluso pueden llegar a cortarse. 

Pero además, la matemática tiene un lunar que la hace imperfecta, ya que existen enunciados  que no se pueden demostrar ni refutar. No digo que no seamos capaces, sino que está demostrado que son indemostrables. Aunque también está probado que no existen paradojas matemáticas, de ahí que sí podamos decir que son exactas (consistentes es la palabra correcta), pero no son completas. La matemática es espectacular, pero no es perfecta.

 

Nada de lo que ha descubierto el hombre es perfecto, todo lo descubierto pertenece a lo terrenal. El lenguaje y la música son otros ejemplos de similar calibre. El sistema de símbolos que utilizamos para expresar por escrito nuestro lenguaje no es suficiente, ya que existen ruidos guturales que no los podemos expresar, existen expresiones gestuales que pueden no considerarse dentro del lenguaje no verbal porque den lugar a confusión o incluso para definir las palabras nos basamos en otras, de modo que si siguiésemos una cadena de definiciones comenzando en alguna palabra llegaríamos a un bucle de definiciones iterativo donde las palabras definidas son utilizadas para definir a otras; las notas musicales existen en la teoría, pero en la práctica no son tales, un oído muy fino, si pudiera existir, podría notar la variación de una trillonésima de Hertzio, luego, no sería perfecto en la práctica, aunque en el papel lo pareciese.

 

Todo lo descubierto por el ser humano que haya sido llevado a la práctica no es más que un conjunto de sistemas que funcionan empíricamente, que sirven para cubrir nuestras necesidades, para mejorar nuestra calidad de vida y para que continúe el progreso, pero nada de lo que pueda ser llevado a la práctica puede ser perfecto, ni incluso las ideas sobre ello podrían considerarse sobrenaturales, aunque lo parecieran.

Creo firmemente que la religión, y en particular la creencia en un ser divino y omnipresente, proviene de tiempos inmemoriales, que surge con el ser humano, a la par, debido a que la inquietud del hombre por conocer todo cuanto percibe, le ha hecho escudarse en un ser sobrenatural para dar explicación a las leyes de la naturaleza que no podía descifrar. El humano actual puede tener el mismo pánico o más ante un rayo que el hombre prehistórico, pero jamás achacaría este fenómeno a un castigo del cielo, sería más por temor a ser alcanzado, aunque aún existen tribus aborígenes que tienen ese tipo de creencias porque al estar aisladas de las civilizaciones más avanzadas han permanecido ancladas en su cultura ancestral. Pero las religiones también evolucionan con el paso del tiempo, se perfeccionan gracias a las civilizaciones y por un carácter meramente antropocentrista, imaginan a sus dioses con la imagen de seres humanos perfectos, no ya en el sentido físico, más bien en los caracteres que lo definen, bien podrían ser la bondad, la misericordia, la fuerza, la inteligencia, el poder y la verdad absoluta... En este aspecto escribió Friedrich Nietzsche que "el hombre, en su orgullo, creó a Dios a su imagen y semejanza".   

Albert Einstein dijo que “el hombre encuentra a Dios detrás de cada puerta que la Ciencia logra abrir”, y es cierto que siempre habrá preguntas sin respuestas porque ese ánimo descubridor del ser humano siempre encontrará un motivo para seguir avanzando, porque cada nuevo hombre o mujer puede llegar a proponer nuevos retos, porque la naturaleza nos pone a prueba, porque la evolución de las especies que atacan a nuestro sistema inmunológico así lo requiere, entre ellas la evolución de los virus, si pueden considerarse seres vivos (hay teorías que lo encuadran en el umbral entre lo vivo y lo inerte por el hecho de que, aunque sí se reproducen, no se nutren, un requisito para dotar de vida a un ser), pero a medida que avance el tiempo más importancia se dará a lo racional y menos a lo irrazonable. También escribió Nietzsche sobre este hecho de manera drástica y dramática en una frase resumida: "... Dios ha muerto...".  En otras épocas, prácticamente la totalidad de las personas creían fervientemente en uno o varios dioses que regían las leyes de los cielos, de los mares, de la tierra, de las tinieblas…, hoy día siguen existiendo esas creencias, pero más como un acto simbólico o tradicional y se atribuyen todas esas leyes a fenómenos de carácter físico, químico, biológico, social… que responden a unos patrones que se cumplen una y otra vez, algo que, por otra parte, tampoco deja de ser asombroso. Sobre este hecho sublime escribió Galileo Galilei la frase "Hay ciencia estricta en este vasto libro que se haya abierto ante nosotros, me refiero al universo. Pero no puede ser leída hasta que hayamos aprendido el lenguaje en que está escrito. Está escrito en lenguaje matemático".


El cerebro, en lo que se refiere a la parte cognitiva, está más relacionado con los procesos químicos que en él se generan que con la parte física en sí, como pudiera ocurrir con el corazón u otro órgano del cuerpo. Esos procesos varían de una persona a otra dotándonos de distintas personalidades, inteligencias, respuestas ante los mismos estímulos, capacidades… Y este carácter químico que induce a lo metacognitivo es el que dificulta su estudio frente al funcionamiento físico de otros órganos del cuerpo. Es más complejo, poco se conoce, pero no por ello debe considerarse algo fuera de lo normal o de la razón.

Pero es verdad que a este conjunto de fenómenos que hoy día aún no tienen explicación le damos cierta importancia, por la pasión innata del ser humano a dar respuesta a todo lo que le rodea, y lo llamamos psicología en los casos que se observa un trasfondo tangible, fenomenología paranormal cuando son casos asombrosos sin explicación sustancial, aunque en otros casos se suaviza el concepto llamándolo simplemente, religión o fe.

Nada de lo que ha descubierto el hombre es perfecto, todo pertenece a lo terrenal. Y si algo fuera perfecto o celestial, lo más probable es que el hombre nunca pueda descubrirlo, porque puede que se trate más de un hecho inventado, no en el sentido práctico del invento como artefacto novedoso más o menos útil, sino en el de considerarse un hecho falso y de pertenecer al mundo de las ideas. Aun así, si solo fuese perteneciente al mundo de  las ideas, tampoco tendría porqué calificarse como perfecto, aunque lo pudiera parecer, ya que, a fin de cuentas, son ideas producidas por un ser, el humano, que está compuesto de átomos y moléculas, que son, en esencia, materiales.

Yo sigo creyendo en la Ciencia, quizás otra creencia más, u otra religión, porque atrae a fieles que creen firmemente en su existencia, incluso tiene seguidores que hacen mal uso de ella, aunque sería una religión sin un dios todopoderoso, sin una financiación que cubra sus necesidades ni acorde a su potencial, sin ánimo de lucros y grandezas. Quedaría más como una simple creencia terrenal, sin un carácter divino, pero que, al menos intenta salvar vidas y curar enfermedades sin recurrir a seres milagrosos, procura demostrar, por empirismo o por racionalismo, todo cuanto ocurre en su nombre, y por encima de todo, nos une más de lo que no separa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario