domingo, 5 de mayo de 2013

Dilemas, opciones, preguntas y esa absurda obsesión humana ante el deber de elegir

En ese justo momento donde el qué, el cuándo y el cómo no tienen importancia; donde el cuánto no se puede medir; donde el por qué no lo encuentro…

En ese preciso instante donde el cielo, en la noche, se torna de un negro vacío, infinito, y a lo lejos se divisan millones de estrellas que brillan, pero pocas son las que iluminan. Donde un lucero puede ser tu amanecer y tu apogeo, donde alguna perseida errante, especie de locura incontrolada, podría guiarte hacia un abismo celestial.